La importancia de enseñar a los niños a pensar positivamente



Al igual que los adultos, nuestros niños no son inmunes a los eventos estresantes de la vida. En su quehacer diario, los niños frecuentemente enfrentan retos tanto académicos como sociales, experimentando frustración, preocupación y muchas veces duda. Cuando escuchamos a nuestro niño o niña hacer comentarios como “¡Todo siempre me sale mal!”, “Todos se están burlando de mí” o “¡Soy tan estúpida!” sabemos que estamos escuchando a un niño desalentado, frustrado o que se siente inseguro respecto a sus destrezas y habilidades. Como en cualquier adulto, frecuentes juicios negativos o valorativos (“¡Soy tan estúpida!”), evaluaciones negativas (“¡Todo siempre me sale mal!”) y creencias negativas (“Todos se están burlando de mí”)  dirigidas al ser o a uno mismo, son desmoralizantes y limitantes. Cada vez que cometemos errores o equivocaciones comunes nos criticamos injustamente y con severidad, devaluando nuestros talentos y cualidades, y anticipando solo lo peor. Es importante enfatizar que pensamiento negativo o creencias negativas habituales o típicas, dirigidas a nuestro yo, resultan perjudiciales a la autoestima y autoconfianza de cualquier individuo, especialmente si ese individuo es apenas un niño o una niña. Cuando pensamos de una manera positiva, por otro lado, anticipamos consecuencias y resultados buenos y que nos son favorables; también nos esforzamos con mayor intensidad y perseveramos por más tiempo para conseguir lo que queremos, particularmente “cuando las cosas se nos ponen difíciles”. Pensar de manera optimista y positiva “abre nuestra mente” a ideas, palabras e imágenes mentales que están en armonía y en sintonía con una buena salud mental. Es por eso que es tan importante que padres, maestros y profesionales al servicio de los niños discutan con ellos, sin crítica negativa ni juicio valorativo, la utilidad de pensar positivamente, herramienta de autoayuda esencial para que los niños aumenten su resistencia mental y logren adaptarse (cambiar su conducta); dos fortalezas emocionales necesarias para poder recuperarse pronto de cualquier evento problemático que se les presente. A continuación, algunas sugerencias de cosas que podemos hacer para adiestrar a nuestros niños en el uso del pensamiento positivo.

Ayuda a tu niña a escribir una lista con alrededor de 20 de sus cualidades y atributos positivos (mínimo: cinco atributos). Puedes aportar cualidades que sabes tu niña posee. Cuando la lista esté completa, haz que tu niña la lea en voz alta y discútela con ella. Por último, identifica eventos u ocasiones en que tu niña puede beneficiarse en usar su lista. Por ejemplo, tu niña tiene que presentar un proyecto en la escuela y se siente insegura. De la lista, seleccionen una o más cualidades positivas que la caracterizan y que la pueden ayudar a presentar su proyecto escolar exitosamente (ejemplo, le presta atención a los detalles, es meticulosa y trabaja con cuidado, le gusta la escuela, persevera y no se da por vencida fácilmente).

Haz que tu niña complete un Inventario de fortalezas donde ella enumera sus cualidades positivas, sus destrezas y sus esfuerzos. Preguntas que tu niña puede contestar para desarrollar su inventario, son:
  • ¿Cuáles son mis fortalezas?
  • ¿Cuándo mis fortalezas me pueden ayudar?
  • ¿Dónde mis fortalezas me pueden ayudar?
  • Yo uso mis fortalezas (si) (no).
  • ¿Cuándo yo uso mis fortalezas?
  • ¿Dónde yo uso mis fortalezas?
  • ¿Cómo yo uso mis fortalezas?

Con su contestación a estas preguntas prepara con tu niña un conjunto de expresiones positivas individualizadas a usar siempre que ella necesite fortalecer su autoconfianza y mantenerse motivada.

En el próximo ejemplo, Emilio tiende a enojarse con facilidad y en ocasiones responde impulsivamente cuando otros niños en la escuela lo provocan. De su lista de cualidades y atributos, Emilio y su mamá identifican tres atributos que lo ayudarán a mantenerse calmado y a no responder a provocaciones en la escuela (Emilio es un líder al cual otros niños escuchan, posee un carácter fuerte y decidido y es justo con las otras personas).También identifican la siguiente condición a recordar cuando necesite mantenerse calmado (Emilio tiene muchos amigos que lo quieren, lo protegen y constantemente lo motivan a mantenerse libre de problemas. La siguiente vez que se sienta provocado, Emilio buscará a sus amigos y enfocará en aquellos que lo aprecian y protegen, no en aquellos que lo provocan y quieren crearle problemas). Luego, Emilio y su mamá desarrollan una lista de expresiones positivas que el niño puede usar cuando necesite enfrentar eventos problemáticos. Emilio puede usar estas expresiones una a la vez, puede combinarlas y usarlas juntas o puede usar pensamiento positivo apareado con otros mecanismos de autoayuda como ejercicios de relajación o visualizaciones (imágenes mentales serenas y calmadas) para resistirse al coraje y no actuar impulsivamente. Algunos ejemplos de expresiones positivas, son:
  • Las cosas van a mejorar.
  • Me siento molesto ahora, pero en un rato me voy a sentir mejor.
  • Me siento molesto ahora, pero en un rato, las cosas van a mejorar.
  • Pronto, me voy a sentir feliz.
  • Cada vez que empiezo a preocuparme pienso en algo bonito, me relajo y empiezo a sentirme mejor.
  • Cada vez que empiezo a sentir coraje pienso que Pecas (su perrito) me lame la cara; se me quita el coraje y empiezo a sentirme mejor.
  • No existe problema tan grande que no se pueda resolver.
  • Yo puedo resolver este problema… y lo resolveré.
  • Un paso a la vez me lleva a donde yo quiero llegar.
  • Esforzarme y hacer lo mejor que yo puedo hacer es lo que importa.
  • Yo soy importante para mis amigos y mis amigos son importantes para mí. Yo me enfoco en mis amigos. Pensar en mis amigos me alegra y me motiva.

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RET: La fórmula para educar niños emocionalmente inteligentes
 
Una guía psicoeducativa para padres y maestros

Un informativo viaje dentro del fascinante mundo emocional del niño para entender los pensamientos y sentimientos que, de manera negativa o positiva, influencian su comportamiento. Aplicando los principios RET (pienso siento actúo), nuestros niños aprenden a superar los retos de sus situaciones personales difíciles, manejando mejor su mundo emocional.
 
Tópicos desarrollados en esta guía:
Autocontrol
Autodisciplina
Autoeficacia
Autoestima del niño
Autoimagen del niño
Autonomía y responsabilidad
Pesimismo/Optimismo
Dando apoyo emocional al niño
Niños estresados
Manejo del coraje
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