Aprendiendo a controlar nuestras reacciones emocionales al disciplinar
Estoy leyendo, “The Daddy (or Mummy) of all parenting skills” en la página web Parentingideas Blog de Michael Grose. El argumento principal de Grose es que, por encima de cualquier técnica disciplinaria, necesitamos cultivar la habilidad para no reaccionar a las conductas de los niños si es que queremos ser efectivos al disciplinarlos. El artículo me llamó la atención, tanto así, que he decidido traducirlo para los lectores de Disciplina que impacta. Aunque el autor enfoca en los padres, considero que la información que suple este artículo es igualmente valiosa para maestros, así que, si eres un docente, no dejes de leerlo. Para el que prefiere la versión original en inglés, haz clic en el título del artículo.
De acuerdo a
Grose, para ser efectivos al disciplinar existe una destreza que, a pesar de
ser primordial, generalmente se pasa por alto en los libros y artículos sobre crianza.
Esa no es otra que nuestra habilidad para controlar nuestras reacciones emocionales. ¿Alguna vez te has encontrado en la situación donde
tus emociones han “secuestrado” tus mejores intenciones para disciplinar? Por
ejemplo, sabes que debes permanecer calmado durante la rabieta de tu niño
pequeño, pero a pesar de eso pierdes el control y “explotas”. Sabes que debes
ignorar los comentarios pedantes de tu hijo adolescente, pero no puedes evitar
contestarle con coraje para hacerle saber tu molestia. Sabes que debes ignorar
las garatas entre hermanos, pero tu coraje toma el control y terminas gritando…
igual que tus hijos.
Puedes
aprender todas las estrategias positivas para disciplinar que quieras, pero
ninguna será efectiva hasta que logres descifrar la manera de manejar y de controlar tus reacciones emocionales ante el mal comportamiento de tus hijos. Sí,
nos sentimos cansados, pero esa no es excusa para no ser capaz de controlarnos. Cansancio y fatiga revelan nuestra base de destrezas o nuestro punto
de partida. Los deportistas, como los padres, siempre revierten hacia su
base cuando se sienten cansados. Es por eso que los mejores deportistas
continúan practicando sus destrezas básicas de manera de poder desempeñarse
bien cuando se encuentran bajo presión y fatiga.
¿Entonces,
cómo podemos manejar nuestras reacciones emocionales de una manera efectiva? Para Grose, todo
empieza con nuestra respiración. Maneja
tu respiración y entonces comenzarás a manejar (controlar) tus pensamientos y
tus sentimientos. La respiración es el único proceso visceral (instintivo) o
físico que puede cambiar lo que estás pensando, pero recordarnos de respirar
adecuadamente puede a su vez ser complicado. Primero, tienes que controlar la tentación
de hablar o de actuar impulsivamente. Grose aconseja que te retires de aquellas
situaciones que te causan tensión. Ese puede ser un paso pequeño; tan pequeño como
mirar hacia el otro lado o alejarte de tu niño con rabieta o de tu adolescente
pedante. Necesitas alejarte lo suficiente como para que te puedas controlar de reaccionar; también debe darte el espacio suficiente para que puedas
respirar varias veces “desde tu barriga” y expulsando el aire por la nariz. Este es el tipo de respiración que cambia tu
estado emocional. Esta práctica de detenerte
y respirar es la que necesitas
convertir en tu base o punto de partida cada vez que sientas tensión. Con esto
no solamente “compras” tiempo para pensar, sino también te ayuda a cambiar tu
estado emocional lo suficiente como para que regreses del borde o del
precipicio de tu pérdida de control. Puedes practicar esta técnica de autoayuda o de automanejo en tu trabajo, en la comunidad, al igual que en tu hogar.
La habilidad para dirigir
tus reacciones emocionales es la destreza que
hace que todas tus otras destrezas, disciplinarias o personales, puedan tener éxito.
Es la destreza que te hace más eficiente como líder (el líder en un grupo es
aquella persona que mantiene la calma cuando ocurre una crisis); más
efectiva(o) como director o gerente y más efectiva(o) en todas tus relaciones,
incluyendo tus relaciones con tus hijos. Sin embargo, esta es la destreza en la que
poca gente piensa y menos personas practican.
También te puede interesar…
Regañar NO es disciplinar: La importancia de entender la diferencia ― Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO
¿Por
qué es importante que los niños desarrollen su inteligencia emocional (SEL)? —
Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO
La
importancia de enseñar a los niños a pensar positivamente —
Para leerlo, haz clic en este enlace: IR AL ARTÍCULO
Educación
> Autoayuda > Disciplina > Emociones del niño
RET:
La fórmula para educar niños emocionalmente inteligentes
Una
guía psicoeducativa para padres y maestros
Un
informativo viaje dentro del fascinante mundo emocional del niño para entender los
pensamientos y sentimientos que, de manera negativa o positiva, influencian su
comportamiento. Aplicando los principios RET (pienso — siento — actúo), nuestros niños aprenden a superar los retos
de sus situaciones personales difíciles, manejando mejor su mundo emocional.
Tópicos
desarrollados en esta guía:
Autocontrol
Autodisciplina
Autoeficacia
Autoestima
del niño
Autoimagen
del niño
Autonomía
y responsabilidad
Pesimismo/Optimismo
Dando
apoyo emocional al niño
Niños
estresados
Manejo
del coraje
Modificación
de conducta
Educación
emocional
Pensamiento
y razonamiento crítico
6x9/122
págs.
En
formatos impreso y digital
***Puedes leer este libro gratis en la aplicación Kindle de Amazon***
Para
una vista previa (Look Inside), haz clic AQUÍ
Para
ver la edición impresa, haz clic AQUÍ
Para
su edición digital (Kindle), haz clic AQUÍ
Comentarios
Publicar un comentario