Sabías que…
Cuando necesitamos redirigir la conducta del niño rápidamente, es más probable que obtengamos mejores resultados usando el protector « ¡Para!» en lugar del prohibitivo « ¡No!». Un « ¡Para!» corto pero enérgico le sugiere al niño que algo no está bien, y que algún peligro se asoma en el horizonte. Esto contribuye a que el obstinado niño pause por unos segundos para evaluar mentalmente la situación. Decirle « ¡No!», por otro lado, puede poner a los dos, adulto y niño, en una innecesaria batalla de voluntades fuertes.
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